psicología sábado, 8 de agosto de 2015

GERASCOFOBIA O EL MIEDO A SOPLAR VELAS.

Un día como hoy, hace exactamente 36 años, llegué a este mundo. En un quirófano, como tantos otros, entre bisturís, gasas y personal médico, pude echar un primer vistazo a lo que sería el escenario de mi humilde existencia. Seguramente llorando y un poco abrumada por esa primerísima gran dosis de realidad, me estrené en el ciclo de la vida. Y a partir de ese primer momento, lo típico; como todos vosotros fui cumpliendo años, pasando etapas, creciendo y madurando, progresando, aprendiendo, vivenciando cada experiencia y cada momento significativo hasta llegar a este punto.

Y como toda vida es cíclica, cada año festejé mi cumpleaños con la ilusión de haber sumado un nuevo aniversario en mi cuenta. La niñez que se desvanece dejando paso a la adolescencia, pasando por la juventud, hasta la madurez; fueron las tonadas en una melodía en la que esas notas finales del "te deseamos todos, cumpleaños feliz", se fueron haciendo un poco más opacas, menos dulces y más pesadas. Porque cada año, el cumplir uno más, pesa. Pesa por las responsabilidades, pesa por los cambios, por la madurez y la aceptación de que uno se va haciendo algo más mayor. O quizás algo menos joven, según se vea.

Pero este año, algo ha cambiado. Soy una persona diferente y he dejado atrás muchos de los miedos que me caracterizaban, por lo tanto este año no me voy a quejar de la edad que tengo, de si estoy mayor o de si se me escapa la juventud, pues este ha sido un gran año para mí, el año en el cual le he dicho "bye, bye" a la gerascofobia.


Sopla sin miedo.



Y si es la primera vez que oyes hablar del término gerascofobia, no te preocupes, que te lo cuento en La atención selectiva. Esto es lo que tienes que saber sobre el miedo a hacerse mayor.


Gerascofobia, el miedo a cumplir años.

La gerascofobia, como todas las fobias es un miedo irracional. Irracional, por suponer un temor injustificado, que la mayor parte de la población no entiende a menos que se encuentre en tal circunstancia, pero un miedo real ante todo.  En este caso te hablo del miedo a cumplir años, a soplar una vela más, a celebrar otro aniversario, a hacerse un poco más mayor, al paso de tiempo.

Este miedo irracional cabría pensar que tiene que ver con lo físico, con lo puramente relacionado con la imagen personal, pero no es tanto así. La creciente oleada de preocupación por nuestro físico, intentando tener una imagen más jovial cada día, restándonos años a base de operaciones quirúrgicas, cosmética, tintes de pelo y otros métodos, no es el desencadenante de la gerascofobia. Ni mucho menos, el que la padece tiene miedo a no haber alcanzado sus metas a la edad cumplida. Sabes lo importante que es fijarse metas en la vida, y si no te recomiendo esta lectura en la que podrás conocer los beneficios de tener objetivos o metas en el día a día. La puedes ver AQUÍ.


La fijación de metas (estudiada por Locke) nos ayuda a ser felices.


El gerascofóbico no se ha visto realizado en lo que lleva de vida y considera que las metas que se ha propuesto no han sido cumplidas, lo cual le lleva a una situación de frustración. Y de la frustración a la fobia hay un pequeño paso. El hecho de pensar en cumplir años y no haber prosperado económicamente, en el terreno laboral o en el personal, suele ser el motivo por el cual aparecen este tipo de miedos. En este sentido, es propio de personas narcisistas el crearse unas metas fantasiosas o difícilmente alcanzables, lo cual genera esta situación de frustración que aumenta con los años, proyectando la fobia al paso del tiempo. Narcisistas o personas que se auto exigen en demasía suelen padecer este tipo de trastornos.

De este modo, es habitual para el gerascofóbico el tender a seguir llevando el mismo tipo de vida que cuando era joven, lucir ropas para adolescentes o bien recurrir a la cirugía estética (en muchos casos de manera abusiva y adictiva). Así mismo, también es común el hecho de relacionarse con grupos de amistades cada ves más jóvenes, ante el padecimiento de otro  tipo de fobia relacionada, la gerontofobia, miedo a las persona ancianas. Aunque muchos autores engloban ambas fobias en una sola dándole indistintamente ambos nombres.



Todos los productos cosméticos del mundo no eliminan el paso del tiempo.

La gerascofobia suele aparecer pasados los treinta años como consecuencia de la aparición de las primeras arrugas y síntomas de vejez y tiene una mayor incidencia en las mujeres. Así mismo, se cree pueda estar relacionada con sentimientos de incertidumbre hacia la soledad, el miedo a sentirse indefenso y solo, etc. 

Cómo combatir la gerascofobia.


Pero se puede superar la fobia a soplar las velas siguiendo unas simples pautas. Si es tu caso, toma nota:


Aceptarse a uno mismo.


Es fundamental para superar los miedos a la vejez el aceptar las arrugas testigos del paso del tiempo. Sólo en el momento en que reconozcamos nuestra valía, considerando lo efímero de la belleza, podremos vencer la batalla al espejo. 

Aprender a encajar una arruga, un michelín, el cambio de nuestro cuerpo con la edad, nos ayudará a situarnos en cada etapa de nuestra vida de una manera sana. 

Fijarse metas alcanzables.

De nada vale tener metas y sueños si estos son inalcanzables. Lo único que conseguiremos en el futuro será desánimo y frustración por habernos planteado llegar a la luna. Lo mejor es fijarnos objetivos a corto plazo, de modo que sean atractivos a la par que fáciles de alcanzar (aunque nunca demasiado fáciles, o perderemos el interés). 

Encontrar el sentido de tu vida.

Es aconsejable marcar claramente cuál es el destino de nuestra vida tanto en lo personal como en lo laboral, pasando por nuestras relaciones sociales. Fijar un sentido nos acerca a la idea que tenemos de lo que queremos ser. Por ejemplo, llegar a alcanzar un trabajo en concreto para el que te has estado preparando durante tiempo, o bien emplear tiempo para llegar a dedicarte a ello, es fundamental. Idear el estilo de vida que queremos llevar. 

¿Queremos tener pareja estable? 
¿Hijos? 
¿Queremos formar una familia? 
¿Queremos tener amistades que nos respalden en los momentos difíciles, que nos brinden apoyo o simplemente queremos personas con las que disfrutar de momentos de ocio?
¿Queremos progresar en nuestro empleo y ascender?
¿Queremos...?

Las respuestas a este tipo de preguntas y muchas más dependerán del sentido de nuestra existencia.

Disfrutar de cada etapa.

Cada etapa en la vida tiene su encanto. De nada vale concentrase en una, pues las venideras están ahí esperando a sabiendas que algún día llegarán. No hay nada de malo en reconocerlas. La juventud tiene sus ventajas y sus puntos positivos, pero intentar alargarla nos hace inmaduros y nos crea situaciones en las que podemos sentirnos fuera de lugar. 

Aprender a ver la belleza en cada momento de nuestras vidas nos hará libres de la amenaza del tiempo, creando en nosotros una situación de bienestar y aceptación. 



Dile bye, bye a la gerascofobia.

Como os decía más arriba, no pienso lamentarme este año por cumplir uno más. No lo haré porque ha sido un año lleno de triunfos, de retos y de superación personal. Los 35 han sido el año de la consolidación de mis ideales, de la estabilidad laboral, del amor de pareja, el  año en que fui madre, el año en que decidí iniciarme en esta locura de escribir, en el que me sumé a mil proyectos, el año en que fui yo misma.

Este año soplaré las velas pidiendo un sólo deseo, que todo siga igual que ahora. Y lo digo en voz alta, porque no necesito de la suerte para que se cumpla, sino que sólo necesito fe en mí misma.

Así que si te has sentido retratado en la gerascofobia, no necesitas más para superar tus temores que creer en ti. Lo mejor siempre está por venir y el tiempo es tuyo, así que ¡toma las riendas!







El tiempo es oro.

Refrán popular.



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