coaching viernes, 11 de diciembre de 2015

MINDFULNESS EN EL AULA

Recientemente sabemos que las materias educativas tal y como hoy las conocemos, comenzarán a desaparecer en 2016 en sistemas educativos como el finlandés. Tiempos de cambio se avecinan y están patentes en el fomento de las habilidades por encima de los conceptos academicistas. Nuevas formas de aprendizaje y nuevas herramientas y recursos, nos acompañan en una práctica docente donde la innovación es una pauta común.

No es extraño pues, encontrarnos con metodologías fundamentadas en la relajación, la respiración diafragmática o el yoga como complementos para la optimización de resultados. Actividades que en un tiempo parecían excéntricas o carentes de sentido en el contexto educativo, vienen golpeando fuerte por su estrecha relación con conceptos de motivación, autoestima y refuerzo positivo.

El mindfulness ha llegado a las aulas.




Mindfulness.


El mindfulness o la atención plena, es una facultad psicológica heredada de la concepción espiritual de la "conciencia" budista. Sin embargo, tiene una gran aplicación que va más allá de las connotaciones religiosas.

El mindfulness consiste en la atención a sentimientos, pensamientos y creencias desde la óptica del presente. En este sentido, se focalizaría de forma opuesta a las rumiaciones (puedes leer sobre este concepto AQUÍ) como pensamientos negativos recurrentes sobre actos del pasado. Al igual que se opondría a las preocupaciones, o pensamientos negativos enfocados en el futuro.

En este sentido, el mindfulness se nos presenta como la atención a los hechos presentes desde la aceptación de los mismos. Con el mindfulness se aprende a lidiar con el estrés, con la ansiedad. Y la premisa principal de esta aceptación de uno mismo y de sus circunstancias actuales, es la de hacerlo sin negatividad o sin recurrir a cualquier otra observación de los hechos. Simplemente se trabaja desde la mera aceptación. De este modo, las experiencias que vivenciamos desde el prejuicio, desde los sesgos cognitivos, desde las opiniones generalizadas, toman una perspectiva muy diferente.




Mindfulness en el aula.

La práctica del mindfulness en el aula está enfocada al trabajo de la concentración, para una mejora de diferentes aspectos:

  • Resultados académicos.
Se sabe que unos minutos de relajación antes de comenzar una prueba académica ayudan a concentrarse en la tarea a realizar. Si tus alumnos tienen un control o examen, o bien tus hijos tienen un día duro por delante en la escuela; puedes realizar las siguientes actividades: 

    • Con los ojos cerrados, pídeles que se imaginen en una playa y se concentren en escuchar sus respiraciones mientras se sitúan acostados en la arena. Después de unos segundos, sugiéreles que se imaginen entrando en el mar y focalizando su atención en cómo las olas del mar tocan sus pies. A continuación, les dirás que se imaginen adentrándose poco a poco en el agua sintiendo como se van cubriendo sus piernas, caderas, cintura, abdomen,..., así hasta llegar a sus cabezas y estar totalmente sumergidos. Introdúceles este ejercicio de relajación suavemente y sin prisas, con tu voz muy serena y cuando lleguen a estar cubiertos por completo del agua del mar, pídeles que sientan que pueden respirar bajo el agua (haciendo inflexión, una vez más, en la toma de conciencia de la respiración) y que se imaginen deambulando por las profundidades del océano. Cuando haya pasado un tiempo relativamente corto, haz que abran sus ojos despacio y continúen con su rutina: el examen, ir al colegio, una tarea importante, etc. 

    • Especialmente para la realización de un examen importante, puedes aconsejar a tu alumnado o tus hijos para que cierren los ojos e imaginen que van saliendo de sus cabezas (por analogía con el cerebro) todos los conceptos estudiados para tal prueba, de un modo lento y relajado. De esta forma, realizan un repaso mental y sienten una liberación de contenidos, del mismo modo que se relajan y aumenta su motivación para la realización de la tarea.
 
  • Relaciones sociales.
El mindfulness ayuda a que los niños mejoren su autoconcepto y por ende, favorece en el desarrollo de habilidades sociales. Ya en otras ocasiones he mencionado la implicación que las relaciones sociales tienen en nuestra inteligencia (puedes consultar más en ESTA LECTURA) y desarrollo emocional. Puedes aprovechar los beneficios del mindfulness en actividades como estas:
  
    • Realizar saludos frente a frente y mirándose a los ojos, analizando nuestras facciones para vislumbrar estados de ánimo y actuar en consecuencia (tan válido en casa como en el aula).

    • Asamblea para compartir sentimientos y emociones ante hechos de su entorno más inmediato.

    • Rincón de relax. Puedes crearlo en tu aula o en tu clase. Con algún asiento especial y cómodo y un entorno agradable, con libros, alguna flor, un mandala,... Tienes múltiples variedades.

    • Buzón de los conflictos. Puedes hacer que tus chicos expresen sus sentimientos a modo de sugerencias en un buzón para leerlas en un momento especial del día o de la semana. De forma asamblearia se resolverían estos conflictos y se llegaría a acuerdos para mejorar la convivencia.

  • Fomento de la creatividad.
La atención, en su variante de observación medida del entorno de manera consciente, tiene un alto impacto en el desarrollo de la creatividad en los niños. No es posible el trabajo creativo sin serenidad en la mente, para lo cual puedes considerar actividades como las siguientes:

    • Mandalas. Seguramente ya habrás trabajado con mandalas. Si no es así, te comento que son dibujos con tendencia a la armonía tanto de formas, como de colores. Se emplean como ejercicio artístico de concentración, en donde cada trazo cobra especial importancia. Lo que mucha gente no sabe sobre los mandalas es que tienen una técnica y un orden. De hecho se tienen que empezar a colorear por el centro, representando al individuo y continuando hacia afuera, en representación del infinito. O también se puede optar por colorear de afuera hacia adentro, desde el todo a lo particular. Este trabajo pretende una conexión entre ambos.


    • La improvisación musical con instrumentos de placas en pentafonía o simplemente con instrumentos de percusión indeterminada de metal o de parche, puede ser una buena opción para aquellos que como yo sois especialistas en música o bien disfrutáis con los vuestros de un momento creativo musical.

  • Concentración en sí misma.
Si hay una competencia que se ve favorecida desde el manejo del mindfulness esta es sin duda, la concentración. Las actividades, en este caso serían múltiples y diversas.

    • Con un carillón, con una campana, con un triángulo o cualquier otro metalófono que posea un sonido de larga duración, les pedimos a nuestros alumnos o hijos que levanten la mano cuando dejen de escuchar el sonido que ejecutemos. Otra variante es esconder un sonido y que los niños lo busquen.

    • Una buena técnica para fomentar el silencio en clase es hacer sonar algún instrumentos musical como los arriba mencionados.

    • Enseñar una imagen (paisaje, obra pictórica,... en general con mucho detalle) durante diez segundos, retirarla y pedirle a los niños que recuerden los detalles de esta. 

    • Pedir que presten atención a pequeños detalles a los que generalmente no atenderían. El sonido de un grifo que gotea, el envoltorio de la merienda, el pasar de las hojas de una libreta, etc.

    • Recrear un cuento con los ojos cerrados y combinando con la respiración.

Y un largo y multidisciplinar etc. 

Introducir el mindfulness en el aula no es muy complicado, como puedes ver por estos ejemplos, y los beneficios que puedes lograr son numerosos. Únicamente necesitas intención y apretura de mente. Enfoca su práctica de modo lúdico y ten paciencia a la hora de buscar resultados. 




"Alégrate porque todo lugar es aquí y todo momento es ahora."

Anónimo.


 


Y tú, ¿te animarías a probar el mindfulness con los tuyos? Cuéntamelo más abajo en comentarios e iniciemos el debate. 







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4 comments

  1. ¡Hola Elvira!

    Qué interesante... Ojalá hicieran esto en mi instituto, aunque bueno, se lo tomarían a cachondeo. Ningún año hemos podido realizar yoga o algún ejercicio de relajación en mi instituto porque se lo tomaban a broma... En fin.
    Esta semana sí que lo hubiera necesitado, y mucho. He tenido 7 exámenes muy gordos en 3 días y he terminado durmiendo 3 horas cada día con un estrés enorme que aún me dura porque me quedan aún más, pero bueno. Jajaja.

    ¡Un beso!

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  2. Ánimo, Bea. Siempre lo puedes practicar tú por tu cuenta. Besos.

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  3. Hola Elvira, gracias por tu post. Yo lo he propuesto al colegio de mi niña y espero pronto lo implanten dentro de su sistema educativo

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  4. ¡Cuánto me identifico con lo que has escrito! Cada año aplico un proyecto emocional en clase en el que la relajación y el mindfullnes ocupan una gran parte. Muchos me dicen que pierdo en tiempo en esas cosas pero a medio/largo plazo los avances son evidentes y pienso que cultivar el cuerpo sin la mente, algo se escapa. Estupenda entrada Elvira, cada vez somos más gente que vemos la importancia de cultivar pequeños riegos emocionales que seguro florecerán en nuestro alumnado.

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