Educación domingo, 19 de febrero de 2017

UBUNTU. EDUCAR EN COMUNIDAD.




Ubuntu.


Ubuntu es una palabra cuyo significado trasciende más allá de la misma idea de significado, pues esta terminología empleada en diversos ámbitos de lo educativo y social, es aplicada hoy en día para recordarnos la importancia de educar en comunidad. Ubuntu es filosofía, es tradición y orden lógico de las cosas, pero si no sabes qué es exactamente este modo de vida, hoy te lo contamos todo en La atención selectiva.


 


La traducción más literal del término bantú o zulú Ubuntu, sería:




Yo soy, porque nosotros somos.



Al igual que "yo soy, porque tú eres" o bien "yo tengo, porque tú tienes, porque tenemos nosotros"; ubuntu es una manera de decir empatía, colaboración, amor hacia el otro, comunidad. 

En palabras de Desmond Tutú, quien cree profundamente en la filosofía que lucharía contra el apartheid de su país:


 
 
En teoría, ubuntu proviene de una leyenda africana que cuenta lo siguiente:

En un poblado africano, un antropólogo que se encontraba visitando para sus trabajos de investigación una tribu del continente, propuso un juego a varios niños del lugar. Colocó cerca de un árbol un cesto con frutas y les dijo al grupo de niños que aquel que llegara antes al árbol podría comérselas todas. Entonces, dio una señal y los niños le sorprendieron con su respuesta. Todos ellos se cogieron de la mano y echaron a correr juntos hasta llegar a la cesta de frutas. 

Mientras saboreaban todos juntos su premio, el antropólogo les preguntó por qué habían obrado de esa manera, ante lo cual los niños contestaron...

Ya sabes la respuesta.

Educar en comunidad.


Lo primero que se me pasa por la mente a la hora de recrear la situación que cuenta la leyenda es la diversidad en el grupo de niños. Como todo grupo de considerables dimensiones, los habría más rápidos y menos veloces, más y menos aptos para la carrera. Quizás alguno tuviese o padeciese de alguna circunstancia que le impidiera ir despacio e incluso alguno que no entendiera el juego del antropólogo. Quizás incluso, hubiese alguno demasiado pequeño en edad, o quizás no todos eran niños y también como es lógico habría alguna niña. Pero en todo caso, la estrategia está clara. La unión de todos, hace de la fuerza de todos y cada uno, algo superior.

Cabría pensar que esta es la mejor manera de educar: compartir conocimiento, ayudarnos entre todos, cooperar y colaborar, sentir empatía. Pero esto no siempre es así. De hecho nuestras leyes educativas están en partes diseñadas para que en la carrera de cada uno y de modo individual, lleguen primero unos y se queden otros por el camino. El contenido abrumador de conocimiento que por ley debe impartirse tanto en la Educación Primaria como en la Secundaria, no está contemplado para aquellos a los que una carrera "facilita" hasta un árbol lleno de frutos supone una proeza, un maratón, una cuesta eterna, un sacrificio. No hablemos ya de toda una serie de pruebas estandarizadas para evaluar una competencia única, y esta es la de llegar a esos frutos por un único camino, individual y recto, sin contemplar las dificultades que entraña (hay una piedra en medio, debo esquivar un animal,..., lo que se te ocurra). Y así seguimos día a día, dejando que nuestras individualidades guíen el camino a los frutos, enfocando las suyas también, definiendo un modelo de vida, de educación.

Mucho he reflexionado esta semana y por diferentes circunstancias sobre este hecho innegable de la situación educativa de nuestro país y de muchos otros. Con lo fácil que resulta educar en comunidad. Educar en el consenso, en la familia. Pero no me refiero a la familia de sangre sino a la familia social que engloba el aprendizaje necesario para que nuestra infancia se autorrealice y alcance la plenitud de conocimiento para la vida.

Reviso ahora en mi cabeza la imagen de unos días atrás en un gran auditorio en Tomiño, a la gran comunicadora y pedagoga BEGOÑA IBARROLA, hablando sobre el marco legal en las II Jornadas de la Educación en el ayuntamiento pontevedrés. Ese marco que como ella comenta, está formado por cuatro rectas que enmarcan "lo que yo quiero pintar". Y rememoro mi conversación con mi compañera de colegio cuando con ceguera digo: "no es tan fácil". "¿De verdad no es tan fácil?", me dice ella. Porque ella es Ubuntu, lo tiene claro hace tiempo ya. Ella sabe que en su camino no dejará a nadie atrás y ahora la recuerdo con envidia, porque no se ha dejado tentar por llegar ella sola a los frutos. Y es que ser ubuntu es eso, es cooperar y ganar todos juntos, contribuir para que nuestra sociedad sea mejor, y esto es algo que está por encima de ninguna ley segregadora. 



Este pasado lunes, he recibido una noticia del grupo ORIENTA GALICIA que me hace muchísima ilusión porque me parece un enorme reconocimiento por parte del cuerpo de docentes en Galicia, mi tierra. ¿Ves ese cartelito de arriba con mi nombre? Para ellos, yo soy ubuntu, y me lo transmitían con las siguientes palabras:

El Proyecto ORIENTA otorga este reconocimiento a la generosidad y altruismo profesional con este modesto gesto de gratitud por compartir. ¡Enhorabuena por vuestra actitud UBUNTU!

Realmente es un premio muy especial, porque como puedes ver, ubuntu es una gran filosofía educativa. Pero yo no me quiero quedar aquí. Compartir conocimiento en la red está bien, es bonito e incluso divertido. Las redes sociales son algo que bien empleado unen más de lo que nos pensamos y enfocadas al fenómeno educativo, apoyan en la distancia. Pero yo quiero ser ubuntu en el aula. Quiero dejar de preocuparme por lo que tengo que hacer (ese sentimiento educacional que hay que quitarse de encima), para empezar a preocuparme por tender una mano a todos mis alumnos para llegar al mismo ritmo a esa cesta. Quiero dejar de pensar en el estándar y más en cómo llegar todos juntos. Quiero dejar de ser profesora burócrata, para ser ubuntu. Y con la ayuda de Orienta Galicia doy el primer paso, por tanto GRACIAS.


Cuando éramos jóvenes, un viajero atravesaba el país; se detenía en un pueblo y no tenía que pedir comida ni agua. Una vez que llegaba, la gente le daba comida, lo atendía. Ubuntu.

Nelson Mandela.

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4 comments

  1. Me encanta Elvira tienes una sensibilidad en MAYUSCULAS.

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  2. ¡Pero que comentario tan bonito, Sonia! Muchísimas gracias por tus palabras y bienvenida a La atención selectiva.

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  3. ¡¡Cuanto cuesta reconocer al ser humano, que es UBUNTU en cada una de sus facetas tanto personales como profesionales.!!
    Gracias Elvira me has hecho sonreir y no pensar que soy un bicho raro por pensar como tu.

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    Respuestas
    1. ¡Pero esto es genial! Pod¡¡er comunicarnos mediante una sonrisa... Gracias infinitas, Lola!!

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